jueves, 5 de julio de 2012

¿Por qué esgrima antigua?

Imagen de freifechter.com, web dedicada al estudio de los tratados de Joachim Meyer

Nuestro pilar es instigar el terror en el enemigo mediante nuestra habilidad.
Que sepa, desde el momento en el que decida cruzar espadas con nosotros, que podemos predecir cada uno de sus gestos. - Uomas Mitrean, maestro de armas esidiano

Los que se aventuren a leer El Rey Trasgo encontrarán que la esgrima antigua, específicamente la esgrima de mandoble -también conocida como espada a dos manos o espada de mano y media- tiene un peso específico en sus páginas: se detallan las técnicas y los movimientos, los principios básicos, se da protagonismo a aspectos como el peso o el manejo del arma, los duelos están muy detallados y hasta se articula una moral y una forma de ser en torno al arma.

¿Por qué?

Porque habiendo tenido el privilegio de recibir clases -pocas, pero de las que no se olvidan- de mano de  ese enorme comunicador y experto que es Rodrigo "Rorro" González, sería delito no hacer uso de los conocimientos que me transmitió. Porque teniendo un amigo como Jaime Girona, de sabiduría enciclopédica y contagiosa pasión por esta disciplina, sería un insulto no plasmar aquello que me enseñó. Tengo mucho que agradecer a ambos y este es mi modo de demostrarlo.

Porque ya vale de espadas a dos manos en novelas de fantasía con dragones en la cruz y grabados imposibles en el pomo, con cuchillas en el filo, acanaladuras agujereadas y quince kilos de peso en total. Porque la imagen estereotipada y profundamente errónea del mandoble como arma lenta, torpe y pesada tiene que desaparecer; porque merece la pena difundir y divulgar qué era la esgrima de mandoble, qué es el sentimiento del acero, qué hay detrás del cruce de filos.

Porque entrecierro los ojos -como cuando hay una escena con mucha sangre- cada vez que veo a dos duelistas en una serie o película haciendo fuerza espada contra espada, o lanzando tajos sin ton ni son, o apuntando el arma hacia la próxima gasolinera cuando deberían estar cubriéndose con ella... todo ello para recrear un combate que ni es bonito, ni es épico, ni es intenso, sino el equivalente a talar un árbol golpeándole con el canto del hacha.

Porque maestros de armas y prebostes no pasaron años elaborando tratados para que los utilizásemos como envoltorio de bocadillos.

Porque detrás del manejo de la espada puede que haya arte, pero lo que hay seguro es ciencia.

Porque si puedo contribuir, con mi modestísima aportación, a que cada vez más personas descubran y se interesen por la esgrima antigua, dad por hecho que lo haré.

Porque me apasiona.

Algunos enlaces de interés:

3 comentarios:

  1. Caballero, me descubro ante usted. También he tenido el placer de conocer a Rorro, a Alberto y otros tantos miembros de la AEEA a la que pertenecí durante dos años reales y otro en aspecto de fantasma por excusas tan baratas como el trabajo y luego, la migración a tierras más lejanas.

    Es algo por lo que siempre he abogado, el conocimiento de la esgrima fue formal y fue válido, ¿por qué no utilizarlo? ¿Por qué continuar privando los textos de una realidad tan cercana que otorgaría una enorme visicitud al relato y, de paso, sería merecido homenaje a nuestra propia historia?

    Un aplauso, caballero.

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  2. Muchas gracias a ti, Mauro. Me alegro muchísimo de que conozcas a los miembros de la AEEA y de que participases en la asociación, hacen un gran trabajo que merece todo el reconocimiento, y mi forma de plasmar ese reconocimiento es incorporar lo que aprendí a la novela. Espero que, si la leen, encuentren correcto el modo en el que he retratado lo que ellos enseñan.

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  3. Oyeeee, vaya piropo que me has echado. Voy a tener que enviarte la caja de vino que acordamos al final!!!

    Muchas gracias Alberto.

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