Llegamos a Avilés, una ciudad
preciosa con un tiempo de lo más agradable, el jueves por la tarde. Antes de
entrar en harina, quiero destacar que quedé prendado del paisaje asturiano, similar
al vasco en muchos aspectos y perfecto para un enamorado del verde y las
montañas; hizo que el último tramo del viaje fuese un regalo para la vista.
Habiendo escrito El Rey Trasgo con esta orografía en mente para una de las
localizaciones fundamentales de la novela -la norteña nación de Esidia-, saber
que iba a llevar a cabo la primera presentación rodeado de tanta belleza fue
una sensación increíble. Una vez llegados a la ubicación del festival Celsius
232 -que incluía varios stands y casetas para las tiendas, una carpa de
actividades, un auditorio y un parque cercano-, después de asistir un rato al
encuentro con Peter Berling y repartir saludos de izquierda a derecha a un
montón de amigos y profesionales, cenamos en las inmediaciones y descansamos de
cara al día siguiente.

Asturias, una región preciosa. Me muerto de ganas de volver.
La presentación de la
editorial Kelonia contó con la presencia de los editores
Carmen Cabello y
Sergio Alarte,
Bárbara Hernández -autora de la portada- y yo. Durante veinte minutos
desgranamos cuáles son los objetivos de Kelonia, cuál es el papel que aspira a
llevar a cabo en el panorama editorial español, las obras publicadas y las que
están por venir, su método de trabajo y de selección de manuscritos, el mimo
puesto en la maquetación de las obras y la libertad otorgada al autor, entre
otros muchos puntos. Tanto Carmen como Sergio saben ser cercanos en cualquier
circunstancia y Bárbara contribuyó con su perspectiva sobre la elaboración de
la portada. Yo, como no podía ser de otro modo, me centré en el gran trabajo
hecho en la edición de
El Rey Trasgo -con estupendos encabezados, separadores
personalizados que se adaptan, al igual que las letras capitales, a las dos
tramas de la novela, un aspecto despejado que facilita la lectura...- y en la
excepcional comunicación que se mantiene entre autor y editorial.

Presentación de la Editorial Kelonia, rodeados de hermosos pósters.
Una vez concluida, llegó el momento
de presentar El Rey Trasgo. No sabía qué decir. Me había pasado buena parte de
la mañana elaborando y descartando distintas ideas, como un dibujante que no
dejase de lanzar esbozos a la papelera a los dos trazos. La noche anterior un
dolor de cabeza estuvo a punto de hacer que me tirase por la ventana hasta que
un baño, una aspirina y el apoyo de mi pareja obligaron a mi cerebro a colaborar. Mientras se repartían los números para el sorteo de los pósters, esperaba
sentado la llegada de mi presentador, mirando en derredor al público. Mis
padres. Mis amigos. Compañeros y conocidos. Muchas caras nuevas. Glups. La
llegada de Diego García Cruz confirmó que no había escapatoria, así que respiré hondo y
dejé que los acontecimientos saliesen como quisiesen salir.
Y ey, todo fue la mar de bien.
Diego -Hermano Traductor- condujo la presentación con soltura, haciendo
observaciones inteligentes sobre distintos puntos de la novela, dándome pie a
explayarme con detalles que de otro modo hubiese encontrado difícil sacar a
colación, ayudándome a dibujar un retrato claro de esta novela imposible de
resumir. Le estoy muy agradecido por su apoyo, al igual que a Bárbara, cuyos
comentarios sobre las diferencias entre las dos imágenes (la de
Óscar Pérez y
la suya) fueron tan acertados como interesantes. Yo apenas me oía hablar:
recibía una pregunta o un comentario que continuar y respondía aquello que
consideraba más apropiado, tratando de tomarle el pulso a los asistentes a
través de sus reacciones, expresando con honestidad aquello que he aspirado a
hacer y los motivos que me llevaron a hacerlo así. Tengo muchísimos
"fotogramas" de aquellos veinte minutos eternos grabados a fuego en
la memoria, pero serían demasiados como para comentarlos todos. A todos los
asistentes: gracias.

Presentación de El Rey Trasgo. Bárbara permanece alerta ante
cualquier spoiler, lista para cercenar la cabeza de quien lo suelte.
Después de la presentación y el
sorteo de los pósters (enhorabuena a los ganadores) tuvo lugar la firma de
ejemplares: agotamos los ejemplares que habíamos dispuesto para la librería,
teniendo que incorporar aquellos que habíamos traído en el coche, y durante dos
horas estuve dibujando y dedicando con una sonrisa en los labios. Hubo reyes
trasgo sintiendo el viento en las palmas de las manos, escudos heráldicos, trasgos-zombi,
trasgos-Batman, wyvernas, Ciudadelas y montañas, un trasguete apremiando a
George R. R. Martin a firmar con más esmero e incluso un divertido retrato de
Tobías, personaje trágico convertido en atractivo gigoló de cumpleaños. Juan Díaz me acompañó en todo momento con su cámara -no puedo agradecerle lo
bastante su apoyo constante, el tiempo dedicado a retratar la sesión de firmas
y su esmero-, dedicó algunos de sus excepcionales marcapáginas y hasta acompañó
una de mis dedicatorias con la suya. Bárbara, después de firmar el póster de la
portada, dedicó ejemplares con el estilo inimitable de su cómic Viñeteando, que cuelga en Facebook. Son
una pareja de personas maravillosas a las que debo mucho. Gracias a los dos.

Tobías es un personaje trágico, un retrato del amor romántico hecho trizas,
del aislamiento y la soledad, de las rémoras emocionales y las heridas que nunca curan.
Y tiene un culo sobre el que se pueden partir nueces, al parecer.
Después de una tarde relajada echando
un vistazo a la clase de espada de mano y media impartida por la
EscuelaAsturiana de Esgrima Antigua -aproveché para agradecerles su difusión de esta
increíble disciplina, ¡practicadla si tenéis la oportunidad!- y jugar una
partida a
Los Lobos de Castronegro -descubrimos que es mucho más divertido
cazar brujas que lobos-, los socios de la
Federación Española de Fantasía Épica
concretamos algunos aspectos sobre la
Imagicón de Urnieta y los
Premios Fénix,
que se anunciaron al día siguiente y se especificarán en breve a través de la
web de la Federación. Ambos son proyectos muy ilusionantes, en los que se unen pasión,
experiencia y dedicación: aún hay muchas, muchísimas novedades por anunciar,
pero a medida que vayan produciéndose estoy seguro de que cada vez más personas
se sentirán tentadas de subir al País Vasco para disfrutar de una experiencia
irrepetible para todos, como ya lo fue la anterior Imagicón.

A la tarde, más dibujos. Este es un trasgo medio Aerys Targaryen,
medio Robert Baratheon, dos hombres a los que admiro mucho.
Al día siguiente participamos
temprano en la charla "
Evolución de las sagas de fantasía: de Cimmeria a
Invernalia", enmarcada dentro de la estupenda
AsturCon. De esta
conferencia me gustaría destacar la participación de los asistentes, que
siempre enriquecen esta clase de eventos, y del ambiente tan excepcional que
reinó durante una hora que se hizo demasiado corta. Se crea un ambiente
especial cuando aficionados y profesionales (
Víctor Conde se contaba entre el
público y participó activamente en la charla) se encuentran cómodos hablando de
aquello que les apasiona, intercambiando detalles y diseccionando los mil y un
aspectos que rodean a la situación de la literatura fantástica desde sus
orígenes hasta la actualidad. Carmen contribuyó con un estupendo análisis del
fantástico en España, Sergio aportó detalles jugosos para entender mejor la
labor de los distintos autores y yo hablé de gente cayéndose por un precipicio,
la ausencia de Tom Bombadil en las películas de
Peter Jackson y de un Hitler
vampiro salvando la literatura de género. No preguntéis.

"Y por eso creo que el sistema de gobierno propuesto por Sauron
es objetivamente mejor que los caducos y segregacionistas regímenes
de las mal llamadas Razas Libres. ¿Preguntas?"
Más tarde ese mismo día asistimos
a la presentación de
El Yelmo del Caballero, de
Sergio Alarte con David Mateo.
En un ambiente distendido, Sergio dio detalles de su obra y reveló que está
trabajando en una segunda parte, movido por los ánimos de los lectores a
retomar su historia sobre el continente de Aru. Inmediatamente después se
anunció la Imagicón de Urnieta a cargo de la delegación de
El Bastión del Fénix
y el vicepresidente del
Oráculo del Fénix: se concretaron fechas, se
anticiparon actividades y se anunciaron los premios Fénix, que harán de la transparente participación de profesionales y expertos su bandera con la vista puesta en convertirse en
unos galardones de referencia en literatura, ilustración, rol, y muchos más
formatos relacionados con la fantasía. Los detalles no tardarán en salir a la
luz y creedme, tenemos cosas muy interesantes guardadas en la nevera, así que permaneced
atentos.
Ya veréis qué ases tienen guardados en las mangas, ya...
A la tarde asistimos a la
conferencia de
Guillem López, "
El budismo Zen y la Guerra de las
Galaxias", una ponencia original e interesante, hilada con maestría, que
tuvo al público en la tatuada mano del autor. Por último partimos en autobús a
la
Espicha, la cena de clausura del evento. Rodeados de tapas y sidra, los
asistentes pasamos una noche inolvidable en la que charlamos todos con todos,
nos divertimos y cantamos
El oso y la doncella en presencia del autor como si
no hubiese un mañana. La juerga continuó de regreso a Avilés hasta las seis de
la mañana, cuando el cerebro empezó a advertirnos de que si no nos metíamos en
la cama se desconectaría por su cuenta.
Tal cual os lo digo.
Al día siguiente, afectuosas
despedidas, buenos deseos y abrazos para poner punto final a unos días inolvidables.
Ha sido una experiencia irrepetible que me acompañará siempre, y por ello quiero
agradecer a todos los que lo han hecho posible: mis padres, Eugenia -te quiero-, Carmen y Sergio, Bárbara
y Juan, Carlos, Lis, Desirée, Andrea, Mamen, Elena, Helena, Fer, Diego, Jesús,
Guillem, Cristina, a todos los asistentes, los lectores que se hicieron con sus
copias de El Rey Trasgo -espero, de corazón, que las disfrutéis- y a George R.
R. Martin por atraer a tanto público, sin el cual el Celsius 232 no hubiese
sido posible.
Cristina Macía, artífice del evento, ojiplática ante su Rey Trasgo dedicado.
Trasguius 232, el evento que más dará que hablar. Permanezcan atentos.